Durante los domingos de cuatro semanas, la Iglesia nos prepara para celebrar la venida de Jesús. También durante ese tiempo nos recuerda que Jesús volverá a la tierra en su segunda venida, para juzgar a vivos y muertos. Por eso cantamos Maranathá, Ven, señor Jesús. A estas dos venidas de Cristo, en la Historia (Navidad) y en el final de los tiempos (Escatología), San Bernardo añade una tercera venida: la que se da sobre el altar cuando Jesús “viene” a las manos del sacerdote en la Eucaristía. Cristo, el Enmanuel, Dios con nosotros, presente entre nosotros, en Belén como un Niño, en la Parusía como Juez y Señor y en la Eucaristía como Amor de los Amores.